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La muerte del presidente Ramón Cáceres abrió la puerta a la ocupación militar americana de 1916

Por: Alejandro Paulino Ramos

La muerte a tiros del presidente Cáceres, el 19 de noviembre de 1911, fue ejecutada por un grupo de jóvenes de clase media, dirigido por Luis Tejera militar vinculado al gobierno, hijo de Emiliano Tejera, quien ocupaba el ministerio de Relaciones Exteriores y era de los firmantes de la Convención Domínico-Americana. El atentado tuvo como antecedentes los intentos de revueltas de algunos antiguos horacistas, el enfriamiento de las relaciones de Horacio Vásquez con su primo presidente, el debilitamiento del apoyo de sectores del jimenismo que preferían un acercamiento con Horacio Vásquez, los intentos reeleccionistas del presidente y un visible disgusto en las relaciones de Luis Tejera con el gobierno.

Con la muerte de Ramón Cáceres se volvió a las revueltas caudillistas y se rompió el equilibrio político y económico que había perdurado durante 5 años. Se abrió un espacio de 4 años de inestabilidad que afectó negativamente la reproducción de los capitales invertidos, y facilitó la intromisión de los comerciantes y dueños de ingenios en los asuntos políticos de los dominicanos. El nuevo gobierno de Eladio Victoria, apoyado en el control del ejército que tenía su tío Alfredo Victoria, se inició de manera provisional en los días finales de 1911. Victoria, en medio de un clima de brutal represión y de propósitos continuistas, tuvo que afrontar nuevas rebeliones encabezadas por horacistas, situación que se agravó con el regreso al país de Horacio Vásquez y su decisión de dirigir la revolución contra el gobierno. Además, sectores jimenistas, entre los que se encontraba Desiderio Arias, también organizaron revueltas contra el gobierno, que hacían inevitables la caída del mismo. Las operaciones contra los opositores produjeron una crisis financiera que impedía el pago a los empleados públicos y el agotamiento de los recursos para mantener las tropas.

General Luis Tejera encabezó el atentado contra la vida del presidente Cáceres en 1911

Gobiernos del arzobispo Nouel y Bordas Valdez, 1912-1914

Ante la crisis generada, funcionarios norteamericanos intervinieron promoviendo un acuerdo de paz que pusiera fin a la contienda, impidiera el triunfo de la revolución, pero facilitara la renuncia de Victoria y la formación de un gobierno de unidad encabezado por Monseñor Alejandro A. Nouel, quien se juramentó el 1 de diciembre de 1912. El nuevo gobierno tuvo que afrontar muy pronto los conflictos entre horacistas y jimenistas, que acusaban al presidente de favorecer a unos y a otros; además, el regreso al país de Juan Isidro Jimenes le permitió reorganizar su partido y debilitar el frente de los horacistas con los jimenistas, quienes habían luchado juntos contra Victoria. A la vez, el gobierno hacia intento para organizar la administración y pagar los sueldos atrasados y los compromisos de la deuda, para lo que recurrió a un nuevo empréstito de 1 millón 500 mil dólares.

El gobierno de Nouel respetó las libertades públicas, la Constitución y las leyes. Sin embargo, vacilante ante la presión de los políticos, se trasladó a la ciudad de Barahona, renunciado a la presidencia al finalizar el mes de marzo de 1913. Su dimisión dio paso al gobierno del horacista José Bordas Valdez, electo por el congreso para romper el tranque ocasionado por la votación de los congresistas de los diferentes partidos, dispuestos a elegir cada quien a sus líderes. Para llegar a la presidencia, Bordas pactó con los jimenistas y logró el apoyo de los horacistas, resultando electo a principios de abril de 1913.

Sintiéndose decepcionado y engañado por el nuevo presidente, debido a los manejos económicos relacionados con el control del Ferrocarril Central Dominicano, Horacio Vásquez se levantó en armas en la región del Cibao en septiembre de 1913. Pero con la intermediación de los norteamericanos, se puso fin al conflicto bajo la promesa oficial de convocar a elecciones antes de la fecha prevista, aunque Bordas insistía en su reelección, promoviendo la reunificación de las fuerzas horacistas, jimenistas y velazquistas.

La tensa situación política dio paso a una de las primeras protestas políticas de los estudiantes, el 2 de diciembre de 1913, cuando estos marcharon por la calle El Conde reclamando la libertad del profesor Luis C. del Castillo y otros detenidos, siendo atacados por los soldados del gobierno con un saldo de decenas de muertos, heridos y detenidos. Días después, el 15 de diciembre, fueron convocadas las elecciones para elegir los ayuntamientos y diputados a la Asamblea Constituyente, las que fueron celebradas en un ambiente de represión contra los opositores. Las fuerzas del gobierno salieron triunfantes de manera fraudulenta, mientras el presidente seguía sus planes continuistas.

El 13 de abril de 1914, partidarios de Horacio Vásquez, quien regresó días después del exilio, proclamaron una nueva revuelta en momento que también fuerzas jimenistas se habían levantado en armas contra el gobierno de Bordas, que intentó celebrar elecciones para el periodo 1914-1920, pero estas fracasaron por falta de quórum en el Congreso. Las autoridades norteamericanas, encabezadas por el presidente Thomas Woodrow Wilson, hicieron una propuesta que obligaba al fin de los conflictos armados. De esta manera, y amparados en la Convención dominico-americana de 1907, los Estados Unidos interfirieron en la crisis para poner fin a los enfrentamientos y lograr la promesa de renuncia del presidente Bordas.

De 1911 a 1916 la República Dominicana vivió em la inestabilidad política. Era la época del quítate tu para ponerme yo.

El Plan del Presidente Woodrow Wilson, 1914

Como parte del Plan de presidente Wilson, que incluía escoger un nuevo presidente provisional, se reunieron Juan Isidro Jimenes, Horacio Vásquez y Federico Velázquez con el presidente Bordas y sus ministros, acordándose un gobierno de facto y llamar a nuevas elecciones para el 27 de agosto de 1914, lo que facilitó la escogencia del doctor Ramón Báez como un presidente de consenso, haciendo desaparecer momentáneamente el interés de los lideres caudillistas por controlar el Estado por medio de las armas. Las elecciones fueron fijadas para el 18 de octubre.

En su gobierno de 3 meses, el doctor Báez devolvió el nombre de Universidad de Santo Domingo a la que entonces se había conocido como Instituto Profesional, promulgó las leyes de Habeas Corpus y Libertad bajo fianza, y convirtió en ley el Código de Enseñanza, que luego entró en vigencia durante el gobierno de Jimenes.

Gobierno de Juan Isidro Jimenes, 1914-1916

Las elecciones enfrentaron a los principales caudillos de los bolos-jimenistas y los coludos-horacistas, mientras que otras fuerzas como las velazquistas y el legalismo, apoyaron a Jimenes. El velazquismo recibiría a cambio el 25 % de los cargos electivos, dos ministerios y el 25 % de los empleados. Las elecciones fueron denunciadas como amañadas y cargadas de enfrentamientos violentos, teniendo el horacismo que aceptar el triunfo de Jimenes a regañadientes.

La presidencia de Juan Isidro Jimenes se mantuvo desde principios bajo la presión del Plan Wilson y en medio de la conflagración conocida como Primera Guerra Mundial, que se había iniciado en 1914. Las autoridades norteamericanas exigían, como parte del Plan, la reducción del ejército a la mitad y colocar las finanzas en manos de un representante americano. También exigían una guardia civil organizada y dirigida por oficiales norteamericanos, a lo que se negó el nuevo presidente. Esto hizo que los Estados Unidos incentivaran nuevas revueltas con el propósito de ir preparando las bases de la ocupación militar americana.

El arzobispo Adolfo A. Nouel fue presidente de la República

Además, el gobierno se vio limitado por la decisión del Receptor General de Aduanas, de no entregar los fondos establecidos en la convención de 1907, hasta tanto no se llegara a un acuerdo sobre la interpretación del artículo tercero de la misma. Los americanos acusaban al país de haber violado la prohibición de contraer nuevas deudas sin la autorización del presidente de los Estados Unidos y exigieron el establecimiento de un consejero financiero, control de todos los ingresos y egresos, incluyendo los no contemplados en la Convención, supresión del ejército y la guardia republicana, creación de la policía comandada por oficiales norteamericanos, la reducción del presupuesto nacional y la revisión de todos los impuestos. La resistencia oficial a esta medida, definitivamente, motivó la decisión de los Estados Unidos de ocupar militarmente a la República Dominicana.

Durante el periodo reinaba la desorganización de la administración, las rentas no eran suficientes para solventar los gastos del Estado, se tomaron medidas para controlar las especies timbradas, y prevaleció la libertad de prensa; pero el gobierno no estaba en condiciones de soportar la presión norteamericana, quienes se preparaban para antevenir en el conflicto de la Primera Guerra Mundial, por lo que daban pasos para apuntalar la seguridad y control de zonas estratégicas de América, como era el caso de la región del Caribe. Para tal fin, ocupó la República de Haití a finales de julio de 1915, y se preparaba para ocupar Santo Domingo.

Como excusa para la ocupación del territorio dominicano, los Estados Unidos se aprovecharon de las divergencias en el seno del partido oficial, dividido entre jimenistas “patas blancas”, dirigidos por José M. Jimenes y Jacinto B. Peynado, y jimenistas “patas prietas” encabezados por Desiderio Arias. Mientras el presidente perdía fuerzas, el bando de Arias acrecentó su influencia en las fuerzas militares y en el Congreso, adueñándose militarmente de la capital. Aliado con el sector horacista en el Congreso, acusó a Jimenes de corrupción y encabezó la revuelta armada contra su gobierno.

Las tropas oficiales sitiaron la ciudad de Santo Domingo, que estaba en manos de leales a Desiderio Arias, mientras soldados norteamericanos comenzaron a desembarcar por las inmediaciones de San Jerónimo y Gazcue, el 5 de mayo 1916, ofreciendo su apoyo contra Desiderio Arias; pero el presidente no quiso aceptar esa oferta de ayuda, prefiriendo renunciar a la presidencia el 7 de mayo de 1916. Mientras tanto, las tropas de Arias, asediadas por los soldados norteamericanos, se retiraron hacia el Cibao facilitando la entrada de estos a la ciudad, el 15 de mayo del mismo año.

En medio de la crisis, el Congreso buscaba la fórmula para la escogencia del nuevo presidente; pero las tropas norteamericanas siguieron desembarcando, ocupando puntos estratégicos en el territorio dominicano. Los soldados americanos que ingresaron por Monte Cristi avanzaron hacia Santiago, siendo acometidos por guerrillas dominicanas. En el lugar llamado Barranquita, próximo a la localidad de Mao, un pequeño grupo de soldados, encabezados por Máximo Cabral, hizo frente a los ocupantes; pero no pudieron resistir el fuego de los interventores, muriendo la mayoría de los que participaron en aquel enfrentamiento militar.

Después de la muerte de Cáceres el presidene Eladio Victoria gobernó con manos dura

Gobierno de Henríquez y Carvajal y la ocupación militar, 1916

La situación se tornó compleja, pues tanto los jimenistas, velazquistas y horacistas tenían interés de que uno de los suyos fuera elegido presidente. Esto permitió que el Congreso designara como presidente interino a Francisco Henríquez y Carvajal, quien regresó desde Cuba y ocupó la presidencia el 31 de julio de 1916, abriendo un periodo de negociaciones con los funcionarios de la Legación Americana, intentando restablecer el orden en la administración pública y evitar la definitiva ocupación militar del país. Pero ya Estados Unidos había decidido la ocupación del territorio dominicano y presionaban para que el nuevo presidente se acogiera al “plan Wilson” propuesto en 1914.

Acorde con los objetivos norteamericanos, la Receptoría General de Aduanas suspendió la entrega de recursos al nuevo presidente y el gobierno americano exigió la discusión del artículo tercero de la Convención de 1907, una de las condiciones para el reconocimiento del gobierno de Henríquez y Carvajal. Las exigencias incluían el nombramiento de un consejero financiero, el control absoluto de las rentas de parte del presidente de Estados Unidos y que el ejército y la Guardia Republicana fueran convertidas en guardia civil bajo control de los ocupantes. Ante la imposibilidad de que Henríquez aceptara esos requerimientos, los Estados Unidos proclamaron la ocupación militar de la República Dominicana, el 29 de noviembre de 1916. Entre las causas de esta medida se encontraban la situación de conflictos entre los partidos caudillistas, el interés de los capitalistas norteamericanos en la reproducción de sus inversiones en un clima de paz, y el de los Estados Unidos en controlar la estratégica zona del Caribe. (Autor: Alejandro Paulino Ramos)

Ocupación americana de 1916

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