Ahorre 10% en su primera compra! Adquiera nuestros libros con 10% de descuento!

Florentino Duarte García y el Vudú dominicano

Por: Florentino Duarte García

(Seminario: La Identidad Dominicana y sus Complejidades)

Resumen sobre el Vudú dominicano

El vudú dominicano resulta del sincretismo mágico religioso del panteón de dioses africanos y los santos de la cristiandad católica. En el proceso de colonización española no solo se somete el ser físico sino también el sentir religioso de los africanos traídos en condición de esclavos hacia la Española, fundamentalmente hacia la parte este de esta isla.  Los esclavos africanos tuvieron que adaptarse en medio de un contexto negador de sus tradiciones teológicas, teogónicas y otros valores culturales, donde el conquistador les arrebata la libertad de creer en sus deidades y les impone su “civilizado” credo. A este credo impuesto por los hispánicos pues los esclavos africanos le colocarán como trasfondo mágico religioso a sus deidades. De ahí, que cuando los africanos esclavizados adoraban a un santo católico en realidad rendían culto a sus deidades importadas desde África, verbi gracia en la adoración de San Miguel en realidad les rendían culto a Belie Belcan Toné, y así hicieron con los demás santos católicos lo cuales fueron usados como camuflajes de los dioses africanos.

Ceremonia vudú. (imagen de Fuente externa)

“El vudú puede entenderse como una compleja y mística visión del mundo en la cual el hombre, la naturaleza y lo invisible están íntimamente ligados. No existe separación ninguna entre lo profano y lo sagrado, entre lo material y lo espiritual.” (Carlos Andújar.)

Introducción al Vudú dominicano

La llegada de los esclavos traídos desde África, durante el periodo de la colonización, en la isla implicó la mezcla de las creencias, religiones e idiomas de africanos, españoles e indígenas. No obstante, los europeos obligaron tanto a los nativos como a los africanos a adoptar la religión católica. De ahí, que para los esclavos mantener su religión significaba “proteger su identidad”, por lo que decidieron adaptar el vudú a una forma externa del catolicismo, aunque en su interior conservara su esencia santera. Por consiguiente, encubrían a sus dioses africanos con imágenes de santos católicos para asegurar la supervivencia de su religión a los ojos de los colonizadores, pero en el fondo permanecía la deidad ancestral.

Por esto se habla de la relación entre “santos” y “misterios”. Hay quienes consideran que los santos católicos son padrinos de los dioses africanos o “misterios”, lo que resulta en un curioso sincretismo mágico-religioso.  Es así que para los católicos el “santo” es San Miguel, pero para los creyentes en el vudú se trata de “Belié Belcán”, jefe de la “división Radá” y esposo de “Ana Isa”, reina del amor. Este proceso dio como resultado el nacimiento del vudú dominicano, una respuesta religiosa que se basa en un “culto a los luases” o espíritus y que establece una relación entre lo natural y lo sobrenatural.

Florentino Duarte García

Es por ello que en este artículo se abordarán los aspectos más relevantes de la esencia mágico religiosa del vudú dominicano, en cuanto a su origen y naturaleza. También se señala una breve diferencia e influencia del vudú dominicano con respecto al vudú haitiano. Diferencias e influencias que se evidencian en cuanto al espacio e infraestructura espiritual del vudú de ambas naciones y el peso dimensional de esta práctica religiosa.

Objetivos del articulo

-Comprender el proceso de sincretización e hibridación de las creencias cristianas católica hispánica con la religiosidad mágico religiosa de los esclavos africanos.

-Destacar las características fundamentales del vudú dominicano.

Orígenes del Vudú Dominicano

Para adentrarnos al espectacular mundo del vudú dominicano es obligatorio repasar las páginas de la historia colonial de Santo Domingo. Una historia que está profundamente marcada por la traída y el sometimiento forzoso de esa otra realidad humana procedente de África y que conjuntamente con el ser identitario de corte hispánico está presente en nuestro ser cultural. De ahí, que se plantean las siguientes interrogantes: ¿Quiénes trajeron el vudú a Santo Domingo? ¿De cuáles regiones de África procedían? Estas creencias y tradiciones religiosas llegaron con los esclavos africanos que fueron trasladados de manera forzada por los españoles hacia América a partir del siglo XVI cuando la población aborigen prácticamente había desaparecido de la región antillana.

Por lo tanto, los esclavos que vinieron a la isla desde África llegaron a la colonia de la Española con sus culturas y, desde luego; con sus creencias mágico-religiosa.  Cabe señalar que debido a las características de su religión los primeros esclavos africanos no abandonaron, por orden del colonizador español, sus prácticas y creencias. Esto se explica porque la cultura es uno de los atributos más arraigado del ser humano. Por consiguiente, las creencias que trajeron los esclavos africanos al Caribe Insular eran arcaicas, múltiples, integras, abastecida de una rica mitología y de ritos ancestrales, muchos de las cuales no se conocen actualmente.

Por otra parte, Giovanny Cruz establece que el inmenso territorio yoruba del África fue la cantera que utilizaron los europeos para atrapar los esclavos africanos que traían a América. La cual es una amplia región, de unas dos mil millas, como suplidora de esclavos: La Alta Guinea. Esta región se extiende desde Gambia hasta la bahía de Biafra. En dicha extensión territorial se sitúan cuatro famosas costas que fueron las principales fuentes de esclavos para las colonias del continente americano: Las Costa de la Pimienta, Costa de Marfil, Costa de Oro y Costa de Esclavos. En la Costa de los Esclavos se habían formado distintos reinos.

El más importante de estos reinos fue el de Dahomey, cuyo monarca lo convirtió en poco

tiempo en el suplidor de esclavos negros más importante para los europeos colonizadores. Antológicas eran las sañas y la violencia que empleaba el monarca de Dahomey para capturar a los esclavos. Para el 1708 (Según las publicadas investigaciones de Carlos Esteban Deive.) Dahomey, luego de conquistar otros reinos, se había convertido en un poderoso y próspero estado cuyo rey era Agadja.

Naturaleza del Vudú Dominicano

El vudú que se gesta en la parte oriental de la isla de Santo Domingo, la actual República Dominicana se caracteriza y se diferencia del vudú haitiano por no poseer un cuerpo sacerdotal, en la cultura dominicana la servidora o el servidor de misterios lo es todo, es el culto en sí mismo. Además, no se observa la interiorización ni la práctica de una teología para explicar la naturaleza divina de las cosas más allá de principios cristianos que son ortodoxos.

Es en ese sentido que Patín señala un hecho estrictamente diferenciador del vudú de ambas naciones: “Los voduistas dominicanos, por lo regular, no tienen templos propios, no practican el ritual voduista, apenas si hacen sacrificios animales, no tiene un sacerdocio organizado, no poseen sociedades secretas (Patín, 1975, p. 142).

En el vudú dominicano se utilizan símbolos religiosos católicos. (Imagen fuente externa)

Por consiguiente, es obvio que lo que Patín apunta como una carencia del vudú oriental no lo es del vudú del occidente, o sea de Haití, puesto que en este país si hay templos, ritual voduista, sacrificios de animales y sobre todo un sacerdocio estructurado y sociedades secretas. También Carlos Andújar señala, que el vudú dominicano, conocido como fiesta del ‘maní, “es el sistema de creencias más importante y extendido de la religiosidad popular criolla. La cual está compuesta además por la tradición de las cofradías, hermandades religiosas, peregrinaciones, espiritismo, olivorismo, celebraciones del día de los santos etc”.

Por otro lado, lo que se define como vudú dominicano es la expresión de una práctica que se circunscribe dentro de una subcultura mágico-religiosa cuya esencia se fue configurando a partir del contacto social, económico y político de los dos Santo Domingo en los siglos XVII y XVIII. En este contacto histórico de ambas colonias, que luego se convertirían en dos naciones, determinadas expresiones mágico-religiosas de origen afrosincréticas parecen haberse resincretizado, a su vez, con las formas vuduistas de la vecina nación, fomentando un culto que integra incluso las formas del lenguaje ritual en términos de la lengua creole hablada en la República de Haití.

En otro orden, en la cultura dominicana hay imperativos de carácter socio-religiosos que no obligan a los practicantes y servidores del vudú a elaborar soluciones de construcciones arquitectónicas semejantes a las que están presentes en el vudú haitiano. El espacio destinado al culto y el ritual, corresponde, generalmente, a la habitación del servidor.

El templo cuando suele manifestarse, se encuentra reducido a una construcción rectangular, donde no parece intervenir la orientación cardinal. Regularmente, igual que en santuarios oficiales, el extremo del fondo se encuentra decorado por un altar, cuya disposición, organización y estética pueden diferir de acuerdo a gustos y preferencias de cada oficiante. De ahí, que Deive señala que los templos o santuarios voduístas escasean en Santo Domingo debido al carácter ilegal del luasismos y a su condición de culto eminentemente mágico. Si bien es cierto que hay una marcada diferencia entre el vudú dominicano con respecto al haitiano, aun así, parece ser demostrable que el vudú, o las formas de expresión vudú en la cultura religiosa popular dominicana, responden a la influencia cultural de la vecina nación en términos mágico-religioso.

Otro aspecto de suma importancia es que en el vudú y la santería dominicana las deidades africanas están ocultas detrás de los santos de la cristiandad católica. Eso se produjo por la prohibición por parte de los españoles de que los africanos esclavos adoraran a sus deidades ancestrales, de ahí que los esclavos se ingeniaron una manera de como poder seguir adorando a sus dioses como fue la de camuflajearlos con los santos católicos.

Giovanny Cruz señala que de este sincretismo de las deidades africana con los santos del cristianismo católico motivado porque los españoles impusieron sus “civilizadas” creencias cristianas resulta que cuando los esclavos adoraban a San Miguel realmente la adoración iba dirigida hacia Belié Belcán Toné. En el caso de necesitar la protección de San Santiago realmente buscaban el amparo del guerrero Ogún Balendyó. También cuando las africanas pedían a La Dolorosa que mitigara sus lágrimas, se estaban comunicando con Metresilí Dantó Pié. Cuando pedían

a San Carlos Borromeo que realizara un milagro y curara sus heridas, a quien realmente estaban aclamando ayuda era a Candelo Cedifé. En el caso de necesitar ayuda “divina” para dejar escapar todo su erotismo inventaron a Anaísa, aunque dijeron que era Santa Ana, Santa Luisa o La Magdalena. Cuando necesitaban un eco y hacerse invisible entre los árboles recurrieron a la Gunguna. Con esta tuvieron que recurrir a una santa inexistente para el sincretismo: Santa Martha la negra.

Ceremonia vudú en Santo Domingo

 Por consiguiente, es en medio de su dolor, en medio de la cultura negada, en el epicentro de la religión prohibida, por sobre el bozal que pusieron los españoles a dos de las culturas que confluían en la isla, bajo las miradas inquisidoras hispánicas, que nace el sincretismo e hibridación mágico-religioso encarnado en el vudú del Santo Domingo Español que más luego en 1844 sería la República Dominicana.

Cabe precisar que no se trató de una simple suplantación de identidades lo que se produjo entre el cristianismo católico y la concepción mágico religiosa de los esclavizados africanos. Tampoco fue un estudio de correspondencias entre las deidades de las tres culturas que estaban confluyendo en el Caribe.

De ahí, que los esclavos africanos, menos salvajes de lo que se creía, indagaron y encontraron las semejanzas de los santos católicos con sus dioses tutelares. Lo antes señalado se puede ilustrar con el siguiente ejemplo: Cuando San Miguel se tira del caballo a combatir a Satán (según el mito bíblico.) comienza a cojear producto de una mala pisada o herido por el demonio durante el combate. Puesto que Belié Belcán cojea también porque es una deidad africana que tiene los pies con forma de macho cabrío. Una especie de sátiro griego.

África está presente en el vudú dominicano

Además, también apunta Giovanny Cruz, que  el sincretismo mágico-religioso fue todavía mucho más que eso en el sentido de que la mezcla o el cruce tuvo elementos de doble vía, de reciprocidad. Hay ser historia mítica y mística cristiana demasiada atractiva y fantástica no podía esta ser desaprovechada por los esclavos africanos. Por eso ellos incorporaron a sus rituales y creencias variados elementos de la liturgia católica, lo que hizo al sincretismo e hibridación más rico, dinámico y variado. Es por ello, que las plegarias y rituales católicos actualmente son parte integral del gran ritual de Vudú criollo dominicano (o de la “religiosidad popular” como lo denomina Dagoberto Tejada.), en el cual se ha organizado toda una ritualidad para manipular entidades o misterios y de la cual son responsables los servidores de misterios, los Hunganes y las Mambosas.  Cabe destacar que los términos Hungan y Mambó corresponden a oficiantes muy avanzados en la religiosidad popular.

Conclusiones sobre el Vudú dominicano

Es inevitable en la religiosidad popular dominicana no abordar el tema relativo a ese universo de creencias que nos llegaron de África en la época de la colonización y que mediante un proceso sincrético tomaron el ropaje de la santidad cristiana católica hispánica. Consciente o inconscientemente cuando adoramos o rendimos cultos a los representantes de esa cristiandad católica pues en realidad se le está rindiendo culto a las deidades africanas. Deidades que a causa de un proceso de rechazo y negación de esa otra identidad de procedencia africana que nos complementa tuvieron que ser colocadas por nuestros ancestros africanos en el trasfondo de los santos del catolicismo europeo.

Es por ello que en el vudú dominicano confluyen de manera sincrética la tradición mágico religiosa del conquistador español y los africanos sometidos. Pero el vudú criollo a diferencia del vudú de la otra identidad de origen africana situada en el oeste de la isla, o sea Haití, tiene su propia naturaleza desde el punto de vista arquitectónico, ritual, sacerdotal, sacrificial, doctrinario, etc.

Sin embargo, aun habiendo diferencias entre el vudú que se práctica en Haití con respecto al practicado en la Republica Dominicana, no menos cierto es que es muy marcada la influencia que ejerce el vudú haitiano sobre el universo mágico-religioso propio del vudú dominicano.

Referencia bibliográfica

Andújar, Carlos: “Identidad Cultural y Religiosidad Popular”, Eds. Búho, Santo Domingo, 2007, 1ra Edición.

Cruz, Giovanny. “Apuntes sobre el origen y práctica del Vudú Dominicano”. 2009.

Deive, Carlos E. “Vudú y Magia en Santo Domingo”. Santo Domingo, R. D. MHD. 1975

Patín Veloz, Enrique. “El Vudú y sus Misterios (referencias y definiciones)”. Santo Domingo. Revista Dominicana de Folklore. No. 2. t915.

.

Loading