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Él me agarró. Hizo que me acostará en el suelo y me chupó los labios. Entonces sobre mi sacó su órgano genital y lo puso en el mío.  Trujillo no me trato como gente. En Los Llanos me ofendió él como si fuera una vaca, como una bestia en la sabana. Trujillo puso sus manos sobre mi cuerpo y una noche me llevó a la iglesia del pueblo de Los Llanos

Trujillo prostituía a jóvenes doncellas: . Amigos obsequiosos, llevaban con frecuencia a esas veladas aquellas que habían sido escogidas por él, entre las muchas que aspiraban a su protección.

Paulino Ramos, autor del libro “La dictadura de Trujillo: vigilancia, tortura y control político” (2020), explica que el jerarca quiso enmascarar su satrapía, promoviéndola acorde con fundamentos constitucionales, para lograr que la población reconociera su gobierno enmarcado en los lineamientos de la democracia representativa. Argumenta que “se tiene entendido que solo la instancia ejecutiva, concentrada en su recia figura militar, hacía aparecer a Trujillo ante los diferentes mandos de la estructura militar como el comandante en jefe y ‘generalísimo de los ejércitos nacionales’, condición con la que se invistió desde 1933, y que lo situaba en una cómoda posición para gobernar”.

La estatua del dictador Trujillo destruida por los manifestantes