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Agrupaciones Culturales al comienzo de la Dictadura de Trujillo, 1930-1934

Por: Alejandro Paulino Ramos

Las instituciones culturales que habían surgidos desde la época de la ocupación americana (1916-1924), entraron, al producirse la llegada de Trujillo al gobierno en agosto de 1930, en un período de crisis en el que sus líderes intentaron reorganizarlas y adaptarlas a la nueva situación; pero el régimen terminó destruyéndolas o poniéndolas a su servicio.

            El 14 de marzo de 1930 apareció la “Juventud Minorista”, con fines científicos, literarios y políticos, integrada por José Antinoe Fiallo, Max Lovatón, Mario Rafael Lluberes, Rafael Montás Franco, Fernando Rodríguez Objío, y José Ricardo Roques Martínez.[1]

Se publicó el 16 de mayo de 1931 la información sobre la constitución de la Acción Femenina Dominicana, organización que se planteó como objetivos fomentar bibliotecas, luchar por la mejoría de la mujer, y celebrar conciertos, exposiciones y conferencias.[2]

Poeta Domingo Moreno Jimenes
padre del movimiento postumista

Asociación de Instrucción y Socorro para Obreros y Campesinos ( AISOC)

En el mismo sentido, se constituyó la Asociación de Instrucción y Socorro para Obreros y Campesinos organizada (AISOC ) en Santiago de los Caballeros, el lunes 8 de junio de 1931. El presidente electo fue Ramón Vila Piola, y entre la directiva se encontraban: Francisco Monte de Oca,[3] Manuel A. Paulino, Alfonso Santiago, Leónte Aguilera Vélez, José Najul (sirio delator de la conspiración de Santiago de 1934), Armando O. Menicucci, Lorenzo Batista, y J. Gabriel Batista. Esta agrupación cívico-política tenía como objetivo establecer:

“Un sistema más en consonancia con los adelantos de la época, en que actúa y triunfa, por sobre todas las injusticias sociales, el obrero universal, que ya ha despertado, dándose buena cuenta de que el porvenir le pertenece, siempre que se acoja a las tendencias educativas que crean toda clase de posibilidades, por medio de cultos y devociones leales a las soberanas virtudes de la UNION, de la CONFIANZA y del AHORRO que son los cimientos estables dr todas las organizaciones redentoras de la masas humildes y sojuzgadas de obrero.”[4] 

La AISOC llegó a contar con más de 600 miembros y en ella, según su presidente, empezó a fundirse, con la inquietud ideológica, el espíritu de resistencia contra la incipiente tiranía[5]: “Fue clausurada por el Gobierno, no sin antes haber realizado una notable labor en los dos sentidos indicados. Al recibir yo, que presidía la Asociación, la orden de clausura, y no obstante la advertencia échame de no efectuar nuevas reuniones, convoqué de inmediato a una asamblea general para informar a los compañeros acerca del particular. La numerosa concurrencia (…), al enterarse de la arbitraria orden, manifestó su protesta en forma enérgica y ruidosa, convirtiéndose la reunión en un verdadero mitin antigobiernista”.[6] 

Sociedad Acción Cultural

En cuanto a la aparición de la sociedad Acción Cultural, esta fue una iniciativa de integrantes de la sociedad literaria El Paladión, comenzando los trabajos para su constitución el 20 de julio de 1931. En ella se integraron los miembros de la asociación Plus-Ultra, Atenea (que había surgido en 1930), El Paladión y la Juventud Universitaria. Quedó definitivamente organizada el 30 de agosto de 1931, con Manuel A. Peña Batlle como presidente.[7] 

Juan I. Jimenes Grullón se opuso a la dictadura de Trujillo

La primera crisis significativa de Acción Cultural se manifestó el 2 de septiembre de 1931, cuando un grupo de intelectuales presentó su renuncia a la postulación de la Junta Superior Directiva de la sociedad. El sector trujillista se preparaba para asaltar y tomar la directiva, lo que llevó al Lic. Gilberto Sánchez Lutrino, Dr. Viriato A. Fiallo, L. A. Machado González y Carlos Larrazabal Blanco a tomar la decisión de renunciar de la sociedad:  “Esta determinación nuestra la ha provocado la circunstancia de que se le haya dado al proceso eleccionario un carácter que nunca estuvo en nuestra intención mantener”.[8] 

Días después de la constitución de la Acción Cultural, comenzó a operar, a principio de agosto de 1931, El Ateneo Dominicano. La reunión fundacional fue celebrada en el Salón de Actos de la Universidad. Sus principales directivos fueron: Enrique Henríquez, Lic. M. de J. Troncoso, Dr. P. E. de Marchena, Lic. Francisco J. Peynado, Lic. Max Henríquez Ureña, Dr. Eduardo Soler, Lic. Armando Rodríguez, Felipe Vicini y Juan Tomás Mejía.[9] Llama la atención de que en el acto fundacional estuviera presente el presidente de la República Rafael L. Trujillo.

A finales de 1933 ya Acción Cultural se encontraba paralizada por la crisis que la afectaba y por las presiones que sobre el movimiento cultural realizaban las autoridades, lo que provocaba una situación de miedo y alejamiento de sus actividades. En una información insertada en la revista “Bahoruco”, titulada “El Paradójico Hernández Franco”, está plasmada la situación anotada: “No sabemos qué le pasa a “Acción Cultural”. Aquellos éxitos iniciales han ido desapareciendo implacablemente. Muy de cuando en cuando da señales de vida con un acto de cultura; pero el público se muestra remiso y no acude a sus salones. El sábado en la noche pudo haberlo aprovechado para comprobar que no hay divorcio entre el público y ella, ya que dictaba una conferencia un distinguido escritor dominicano; sin embargo, sólo unos cuantos asistieron al acto. (…). Desde mi punto de vista, fue un fracaso para “Acción Cultural”, la noche del sábado.”[10] (Las negritas son mías, A.P.R.) .

El temor que abarcó todas las actividades culturales de la época queda reseñada en una carta pública enviada por Rafael A. Peña al periódico “La Opinión”, el 8 de septiembre de 1931, protestando porque ese medio de prensa informó días antes que él había leído, en el acto constitutivo de Acción Cultural, un “escrito revolucionario”. Aunque Rafael Peña aceptó que seguía siendo un revolucionario, aclaró al periódico que su nota podía crearle “inconvenientes” con las autoridades.

Sociedad Amantes de la Luz

La ciudad de Santiago fue un hervidero de actividades cívicas, culturales y revolucionarias en los primeros años de la dictadura. Se constituyeron organizaciones y las ya existentes fueron tomadas para fines que sutilmente apuntaban contra el gobierno. En 1932, como parte de esas acciones, se creó la primera Universidad Popular y Libre del Cibao, un experimento educativo que parecía apuntar al movimiento de Reforma Universitaria de Córdoba, iniciado en Argentina en 1918, y del afán para acercar a los obreros y campesinos a través de la educación. La iniciativa correspondió a Juan Isidro Jimenes Grullón, quien había regresado de Francia donde estudió la carrera de Medicina; con ese fin fueron utilizados los salones de la Sociedad Amantes de la Luz, de la cual el galeno era su presidente.[11]

Un libro de Alejandro Paulino Ramos: El Paladión

            Los cursos impartidos en esa universidad fueron: de Puericultura, Derecho Civil, Economía Política, Derecho Constitucional, Higiene Social, Historia de América, Historia de la Literatura Hispanoamericana, Flora Dominicana, Psicología aplicada, Arte y Estética Libre. El ·Sumo Pontífice del Postumismo”, Domingo Moreno Jimenes, fue en ella profesor de Literatura, Federico Álvarez, Derecho Constitucional, y Rafael Moscoso impartió Flora Dominicana.[12] 

En febrero de 1933, la Sociedad Amantes de la Luz de Santiago, cerró sus puertas por falta de recursos, pero realmente la represión era la causa principal de lo que estaba aconteciendo, ya que las autoridades redujeron la ayuda que entregaban a la institución. En carta a la prensa sus directivos informaron sobre las razones de la medida: “En sección extraordinaria celebrada ayer por la Sociedad “Amantes de la Luz”, se acordó lo siguiente: Habiendo quedado reducidas las entradas de la Sociedad a una suma que es insuficiente para atender a todos los gastos corrientes que acarrea su funcionamiento normal y al pago de los intereses de la deuda que ella tiene pendiente (…), y habiendo renunciado recientemente varios de los miembros que con más asiduidad asistían a las sesiones, por falta de quórum (Las negritas son mía, A.P.R); por estas razones se acuerda la suspensión, por tiempo indefinido, de los trabajos de la Sociedad y el cierre de su local.[13] 

Las Sociedades Culturales cerraron presionadas por la Dictadura

La dictadura de Trujillo se fue imponiendo a través del chantaje, la manipulación, la represión, y del miedo, y las sociedades fueron cerrando sus puertas, mientras algunos de sus líderes iban a la cárcel, morían en los centros de torturas, o se iban integrando al gobierno. Las actividades fueron desapareciendo, la resistencia se hizo imposible y al final, a los intelectuales y profesionales solo le quedaba como alternativa una actitud de conversión y la colaboración con el régimen.

Manuel A. Peña Batlle fue líder de la
Sociedad Acción Cultural

El venezolano Horacio Blanco Bombona, quien tuvo la gallardía de tocar temas que ya muchos informadores temían abordar en la prensa dominicana, y por lo que en varias ocasiones fue presionado por las autoridades, informó en 1934 del cierre del ciclo. La dictadura había vencido: “Hace dos o tres años que se notaba en el país una gran actividad cultural. Frecuentemente en centros sociales como el Club “Nosotras”, “Acción Cultural”, “El Ateneo”, se dictaba conferencias, muchas veces interesantes, a las cuales concurría un numeroso público ávido de conocimientos. Llegamos a alentar grandes esperanzas ante tal panorama. Pero no sabemos lo que nos ha sucedido. “Acción Cultural cerró ya sus puertas. El Ateneo está en estado cataléptico. Se sabe que tiene un local en la calle Colón; pero no se sabe otra cosa. El Club “Nosotras” ha cesado sus desinteresadas actividades culturales y cuando tiene ahora algún acto, el público no asiste. La Casa de España ha logrado hacer dictar una conferencia mensualmente en sus salones. Pero no se descubre en la asistencia el entusiasmo de años anteriores, por tal clase de actos. Esperamos que el empuje cultural de la sociedad dominicana cobre nuevos bríos. No hay razón para que nos halla embargado tanto desaliento.”[14] (Las negritas son mías, A.P.R.).

La situación política, en medio del proceso electoral que llevó a la primera reelección de Trujillo en 1934, encontró a muchos de los intelectuales de entonces integrados a discretas labores oposicionistas que descubiertas, los llevaron a la cárcel, el exilio o la muerte. A partir de 1935, ya la resistencia política contra el régimen se hizo imposible. Trujillo había logrado aplastar a la intelectualidad liberal de entonces, mientras que muchos de ellos pasaron a formar parte de la dictadura y las sociedades culturales de las que formaron parte, dieron paso a otras organizaciones que se identificaban abiertamente a favor y actuaban como plataformas de la dictadura.


[1] La información sobre esta agrupación aparece en “Mito y cultura en la era de Trujillo”, de Andrés L. Mateo, op. cit., pág.84).

[2]  Listín Diario, 16 y 21 de mayo 1931. La Opinión, 8 de Agosto de 1931.

[3]   líder obrero que murió en la cárcel de Nigua en 1934

[4]  El Diario, 9 de Junio de 1931, Santiago.

[5]  Roberto Cassá, en Movimiento Obrero y Lucha Socialista, op. cit., págs.219 y ss., reconstruye las actividades de esta organización.

[6] Ramón Vila Piola. op. cit., págs.15 y ss.

[7] Para más información sobre la formación de la Acción Cultural véase el capitulo “El Paladión Se Define”.

[8]  Parte considerable de todo lo relativo a la sociedad literaria Acción Cultural fue tomado de la recopilación de recortes periódicos hecha por los estudiantes de Intec, de la asignatura Historia Social Dominicana II, que imparte el Prof. Antinoe Fiallo Billini. Los estudiantes responsables de la recopilación son: Ilonka Castillo, Miguelina Franco, Leandro A. Lebrón y Francisco J. Ramírez…

[9]  Bahoruco, No.53, 15 de Agosto de 1931.

[10]  Bahoruco, No.16, 9 de septiembre de 1933.

[11]  Juan Isidro Jimenes-Grullón fue electo como presidente de los Amantes de la Luz en junio de 1931. En esa directiva estaba Luis Emilio Perelló, Luis Emilio Álvarez, Domingo Bergés Bordas, Virgilio Cabral, Lorenzo Pellerano, Apolinar Morel, Pbro. Manuel de Jesús González y julio de Peña. Véase Bahoruco, No.44, 13 junio de 1931.

[12]  Véase “En Santiago de los Caballeros se crea la primera Universidad Popular y Libre de Las Antillas”. El Día Estético, Año 4, No.12, y “El Calendario Personal Estético”. El Día Estético 1937. Esta revista era órgano del Movimiento Postumista que dirigían Domingo Moreno Jimenes, Andrés Avelino y Rafael Zorrilla.

[13]  Bahoruco, No.132, 18 de Febrero de 1933.

[14]  Bahoruco, No.211, 8 Septiembre de 1934.

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