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René del Risco Bermúdez: crónica de una muerte lamentable

Alejandro Paulino Ramos

A René del Risco la muerte lo hizo eterno

“Uno se pone a ver el mar. A ver las olas despedazándose. A ver el negro cuchillo de la costa. Se queda así, con un amargo cigarrillo entre los dedos. Y no querrá moverse. Y no querrá mirar hacia otra parte. Y no querrá. Definitivamente no querrá saber que a sus espaldas está la soledad”. René del Risco Bermúdez, relato inconcluso: “El poeta Del Risco dejó un cuento inconcluso”. El Nacional, 20 diciembre 1972)

Miércoles 20 de diciembre bien temprano en la mañana, la noticia se expandió entre los intelectuales, compañeros y amigo del poeta en la ciudad de Santo Domingo: René Del Risco Bermúdez había muerto en la avenida George Washington, en un aparatoso accidente automovilístico, presenciado por su amigo Nóbel Alfonso, que en su carro lo siguió de cerca desde que salió del restaurante El Dragón, para entonces ubicado en la avenida Independencia esquina Doctor Delgado.

René del Risco Bermúdez escritor

René del Risco nació en San Pedro de Macorís

René del Risco Bermúdez nació el 9 de mayo de 1937 en el sector La Aurora de San Pedro de Macorís. Hijo de René del Risco Aponte y América Bermúdez, tenía un hermano de nombre Iván y era nieto del poeta de “Los Humildes” Federico Bermúdez. Al momento de su deceso, estaba casado con Victoria Bobea con la que había procreado un hijo: René Ernesto del Risco Bobea, de año y medio. Además era padre de Minerva Elvira del Risco Musa de 11 años.

En su barrio La Aurora,  próximo a la planta eléctrica y a La Barca vivió sus primeros años y escribió su primer poema cuando solo tenía 5 años de edad. Cumplido los 18 años, René marchó a la ciudad de Santo Domingo ingresando a la carrera de Derecho en la Universidad de Santo Domingo y se integró al Movimiento Clandestino 14 de Junio, fundado el 10 de enero de 1960. Semanas después fue de los apresados por formal parte del “Complot desvelado” que buscaba poner fin a la dictadura de Trujillo.  Su prisión se prolongó durante seis meses y en la cárcel de La 40 recibió terribles torturas. Más tarde vivió como exiliado en la isla de Puerto Rico de donde regresó en 1962 y vinculó al Movimiento Revolucionario 14 de Junio que tenía como líder a Manolo Tavárez Justo.

 Algunos de sus poemas salieron publicado en septiembre de 1964 en la revista Testimonio, que dirigía Lupo Hernández Rueda, y fue de los intelectuales que participaron de lleno en la guerra civil de 1965, tiempo en que se integró a las tareas en el Frente Cultural, publicando bajo su auspicio el opúsculo “Oda Gris por el soldado invasor”. 

René del Risco en el grupo literario El Puño

A finales de 1965, después de finalizada la revolución de Abril, fue de los fundadores, junto a Miguel Alfonseca, Ramón Francisco, Iván García, Enriquillo Sánchez del grupo literario El Puño.  En aquellos días también apareció la agrupación literaria La Mascara, que organizó en agosto de 1966 un concurso de cuentos. Entre los primeros premios de aquel evento se encontraban  Miguel Alfonseca, René del Risco  y otros miembros de la referida asociación literaria. 

René del Risco Bermúdez en la televisin dominicana

En una crónica calzada con la firma del periodista Luis Eduardo Lora y aparecida en el periódico El Nacional a raíz de su muerte, se recuerda que René del Risco obtuvo el primer premio del   concurso literario organizado por el grupo cultural La Máscara en 1968, con el cuento “Ahora que vuelvo, Ton”.  Se dedicó a la labor publicitaria y artística y  fundó el programa de televisión “Sábado de Ronda”. Además creó la  empresa publicitaria Retho, junto a José Augusto Thomén. Una de sus canciones, “La ciudad en mi corazón”, con música de Jorge Taveras, ganó el primer lugar en el Cuarto Festival Dominicano de la Canción Popular, interpretada por Fernando Casado. 

El viento frío: el poema que marcó su generación

Muchos han hablado del “El viento frío”, situación que motivó el titulo de aquel libro, que se tiene como el más importante de su producción literaria (1967), y marca la frustración vivida después de finalizada la revolución de abril, con el ascenso de Balaguer a la primera magistratura, las muertes de los combatientes, la represión política, la perdida de las perspectivas revolucionarias y la desilusión que iba arropando la clase media y los intelectuales que vivieron aquella experiencia. Pero quien mejor explica lo que significó aquella situación, lo fue el propio Del Risco cuando, en entrevista cedida a Clara Leyla Alfonso contestó: 

“Lo que ocurre con “El viento frío” –y mucha gente no lo ha querido comprender—es que es ni más ni menos la expresión de un escritor—en este caso soy yo—de un hombre—que también soy yo—que ha visto pasar un acontecimiento de gran , trascendencia para su vida, como fue la Guerra de Abril. Pero qué resulta, que ve discurrir ese acontecimiento, lo vive y también vive su disolución en términos de vida nacional, pero a través de mi propia condición cultural de clase, o sea, ese es el libro que plasma la frustración de toda la pequeña burguesía que participó en la Revolución de Abril… Y luego, es esa irrupción hacia una vida más amplia, de lo que uno interpretó que era la salida del cerco, y uno vio desplomarse una serie de ilusiones que mantuvo y alimentó. Y vio que la vida cambió de la violencia a la otra cosa diferente que uno nunca pensó. (…). Y tengo muchos amigos, incluso militantes políticos, algunos ya muertos, que me decían que era lamentable que el libro sólo recogiera las frustraciones y que no tuviera alientos de esperanzas, pero…. ¡es que yo no tenía ningún aliento de esperanza cuando escribí ese libro!”

René del Risco Bermúdez fue integrante del grupo cultural El Puño

Literatura y publicidad: un dilema

En relación a su condición de publicista destacado René del Risco vivió en un dilema enfrentando su vocación literaria con la profesión de publicista, a la que consideraba “negación de la libertad para hacer literatura”, porque ella le robaba la capacidad creadora. Pero entendía que ella, la publicidad,  no lo comprometía ni incidía en la forma de ver la vida y los problemas de la sociedad, y solo le quitaba tiempo. No negaba que ella tuviera sus encantos; pero se lamentaba de que estuviera perdiendo el tiempo, proponiéndose vencer aquella contradicción cuando en definitiva se olvidara de la publicidad y dejara “triunfar en mí el escritor”. 

A René se le acortaba la vida

Su juventud fue intensa, como fueron también los acontecimientos que les tocaron vivir, posteriores a la muerte de Trujillo: luchando a favor de las libertades, enfrentándose al soldado invasor, escribiendo cuentos y poemas, compartiendo con los amigos, formando familia, destacándose en programas de televisión, constituyendo empresas comerciales, pero y sin dejar de ser revolucionario, en una lucha que tal vez ya no encontremos la forma de descifrar. 

Nadie esperaba que aquello sucediera, pero el martes 19 de diciembre de 1972 en la noche, la desgracia asechaba en la “curva de la muerte” del Malecón a la altura del Banco Agrícola. En la crónica aparecida en El Nacional aparece el señalamiento de que a René le apasionaba el tema de la muerte, y algunos llegaron a preguntarle si todavía le obsesionaba la idea, que ellos consideraban absurda, de que moriría a los 35 años de edad: “Ya yo dejé eso”, respondía Del Risco Bermúdez”. 

Nóbel Alfonso, quien fue el único de los amigos en estar presente en el lugar del accidente automovilístico la noche del 19 de diciembre y el primero en asistirlo y llevarlo al hospital militar en la zona universitaria, descarta que aquel luctuoso acontecimiento fuera el fruto de la intensión suicida del escritor, tampoco provocado por problemas familiares o de que manejara a alta velocidad cuando estaba bajo los efectos del alcohol.

René del Risco Bermúdez fue publicista

Nóbel Alfonso narra últimas horas con Del Risco Bermúdez

“Por una imprudente costumbre de los automovilistas que parquean sus carros frente a los restaurantes de la avenida George Washington fue que ocurrió el accidente en el cual perdió la vida el poeta y publicitario René del Risco Bermúdez. (…). Entonces, ¿René había tomado más alcohol de la cuenta? No, porque no le hubiésemos permitido manejar. René fue el último en llegar al lugar que convinimos en juntarnos para cenar y charlar un rato. Antes había estado buscando una Tía, conversando con su esposa y su madrina que llegó de San Pedro de Macorís ese día y llevando a su suegra a la casa. No hubo tiempo físico para que René pasara su límite de asimilación, además de que nunca tomaba en exceso y siempre se convertía en control de los demás. Nadie puede decir que René del Risco fue visto en lugares públicos “borracho”. Tomaba lo que normalmente toma cualquier hombre en condiciones iguales. Descartamos el alcohol como causa del accidente y la muerte de René.

“Intentó René quizás, suicidarse para justificar su muerte a los 35 años? No. ¿Buscó la muerte atormentado por problemas conyugales? No. ¿Había una vida de frustraciones que le condujeran a la desesperación? No. Y lo niego tan rotundamente porque René amaba la vida y las cosas hermosas, aunque muchos de sus cuentos, poemas y canciones estén cargados de tristeza. Esa es una tristeza poética no una condición o forma de vida. 

“La conversación con nosotros la noche del accidente fue alegre como siempre. René habló de sus triunfos y satisfacciones. Recordó sus amores y travesuras de novio con Vicky (Victoria Bobea, su esposa hoy viuda). Rió alegremente contando cómo una noche, de novio con Vicky, él la llamó 60 veces y ella a él 38 para contarle detalles tan pequeños como cuantos cuadritos de hielo había en el vaso en el cual tomaba. Y dijo que la noche que nos contaba había guardado una fresa de un “Tom Collins” para llevársela a Victoria. Contó con gran alegría  y satisfacción las travesuras de René Ernesto, su hijo de 2 años que canta y baila los anuncios de la televisión y habló de la gracia y carácter retraído de su hija Minerva, “estudiosa, comparona y buenamoza como su Padre” según la definió. La noche en que compartía con nosotros, sin saber que era la última de su vida, René dijo muchas cosas de su vida, de sus sueños y proyectos, que hoy digo que son hermosas, quizá porque fueron las últimas y las recuerdo con aprecio.

“Hay un detalle que leí en la prensa y que muchos me han preguntado. El por qué yo insistía en no dejarlo manejar y llevarlo en mi vehículo hasta su casa. Ciertamente traté de convencerlo de que se fuera conmigo en mi carro o en el de él si yo manejaba. Hoy podría asegurar que era un presentimiento de la tragedia. Pero realmente obedecía a que le había prometido a José Augusto Thomén, su socio en la Agencia de Publicidad, que llevaría yo mismo a René hasta su casa, temprano. Thomén me lo había pedido al marcharse del lugar poco tiempo antes y me dijo que le recordara a René que en la Publicitaria había mucho trabajo al otro día, para que no nos quedáramos hasta muy tarde, ni nos fuéramos a otro sitio como en principio propuso René.

René del Risco Bermúdez poeta

“No era costumbre acompañarnos en el regreso a la casa. Pero ocasionalmente formaba parte del sentimiento de fraterna amistad y lo hacíamos como parte de un juego, como una demostración de afecto. Y en ocasiones también para que la esposa de quien era acompañado supiera que andaba con el amigo de la familia o con su grupo de tertulias. 

“La Razón por la que quería que René fuera en mi carro, creo que era un presentimiento oculto de la tragedia. El por qué yo le propuse a René manejar su carro para llevarlo es que no me gusta ni acostumbro a dejar que el otro sea el que maneje, porque solo confió en mí mismo frente al volante de un vehículo.”

Nóbel Alfonso: últimos minutos de René del Risco: 

“Al momento de ocurrir el fatal accidente yo conducía mi vehículo inmediatamente detrás del de René, a una distancia entre ambos de no más de 30 metros y a una velocidad que califico de normalmente regular en el tránsito por la avenida. Calculo que llevábamos la misma velocidad porque manteníamos la misma distancia entre vehículo desde el obelisco frente al Conservatorio de Música. Al llegar a la zona de los restaurantes, sobre una amplia curva hacia la derecha, después de cruzar frente a la estación de gasolina en el momento en que yo acababa de cruzar por la boca-calle que da a la Avenida, vi delante, casi paralelo a René, el resplandor de las luces de un vehículo parqueado a la derecha que se encendieron de pronto, indicativo de que el conductor se aprestaba a entrar el vehículo a la vía desde su lugar de estacionamiento. 

“En ese instante, milésimas de segundos quizás antes del choque, me imaginé el desenlace fatal porque presentí que René trataría de evitar el reflejo de la luz a su derecha con un viraje hacia la izquierda. Ocurrió exactamente así. Con el agravante de que el conductor del vehículo que venía en la otra vía, un tremendo camión pesadamente cargado para más fatalidad, tratando de esquivar el viraje hecho por René a su izquierda, viró también hacia la izquierda, perdiendo ambos la estabilidad de los vehículos y produciendo el choque en el centro de la vía, dentro del límite del carril por donde conducía René del Risco”. El carro conducido por René era un  Toyota placa 102-754”.

Aunque El Nacional de Ahora dice que el accidente ocurrió a las 12:30 de la noche del miércoles 20 de diciembre, falleciendo René a la una de la madrugada, en el testimonio de Nóbel Alfonso se establece que el accidente fue martes 19 y su  fallecimiento el  miércoles, “20 de diciembre a las 00:47 a.m.” en el  Hospital Militar Doctor Enrique Lithgow Ceara. 

René del Risco Bermúdez ; falleció el 20 de diciembre de 1972

El  cortejo fúnebre fue encabezado por sus amigos, compañeros y familiares. Entre ellos Augusto Thomén,  presidente de la publicitaria Retho, y el poeta Andrés Santana Morillo quien, en representación del Movimiento Cultural Universitario, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo,  exaltó las cualidades de René del Risco. Con su lamentable muerte, el país perdió a una de las más importantes plumas de su generación. 

Bibliografía

“Alfonso relata muerte de René”.  El Nacional de Ahora, 5 enero de 1973.

Alfonso, Clara Leyla.  Entrevistó a René del Risco para revista de SPM”, Vetas, Año 2, núm. 9, julio de 1995.

Conde Sturla, Pedro, “Memorias del viento  frío: René del Risco Bermúdez”, Vetas, 10, núm. 65, mayo de 2003.

Lora, Luis Eduardo “Del Risco previó moriría este año: reveló en una canción su preocupación fatal”. El Nacional de Ahora, 20 diciembre de 1972.

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